Pues no existe ni existirá. No es por ninguna superstición, ni porque el salto desde Windows 8 se merezca sumar dos. La razón es más sencilla y se remonta a hace 20 años, cuando reinaban Windows 95 y Windows 98. Por aquel entonces, algunos programas y juegos comproban en qué versión de Windows se ejecutaban comparándolo con la cadena de texto "Windows 9...", refiriéndose a las versiones 95 y 98.
Lo que podría pasar con Windows 9 es que alguna de esas aplicaciones crea que se está ejecutando en Windows 95 ó 98. Y entonces volvamos a un mundo con pantallas azules de la muerte, conexiones a internet de 28K y disquettes.
Por cierto, ¿cómo lo harán con las versiones posteriores a Windows 10?
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