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martes, 19 de agosto de 2014

Crímenes imposibles: ¿Jugamos a otra cosa?

Uno de los juegos de mesa que me llamó la atención en la tienda cayó finalmente en mi bolsa de la compra: Crímenes imposibles. ¿Mereció la pena?


Se trata de un juego de investigación para al menos 3 jugadores, donde uno de ellos hace de conductor del juego y el resto compiten por resolver un crimen. Aunque esto dé lugar a que puedan participar muchos jugadores formando dos equipos, es ideal que los equipos estén formados por 2 ó 3 personas como máximo, sobretodo para evitar distracciones, ya que el ritmo del juego se da a ello.

Y es que lo que parece un gran juego de investigación donde poco a poco vas indagando y dirigiendo tus pasos hacia la solución, no es más que la lectura de un caso capaz de dormir al más despierto seguida de una etapa de preguntas donde los jugadores ya no están en la mesa por aburrimiento. El mayor fallo que tiene este juego es que la lectura del caso por parte del conductor puede llevar perfectamente 15 minutos.

Esa lectura está dividida en "Los hechos", donde una persona descubre a la víctima muerta. "La investigación", donde la persona a cargo del caso llega al lugar del crimen e interactúa con el escenario y las personas que allí se encuentren. Esto incluye una buena parte de diálogos que es complicado de seguir, a no ser que el conductor utilice varias voces o haya varias personas interpretando los papeles. Y al final de la narración, el conductor lanza una pregunta al grupo de jugadores sobre la resolución del crimen.

Es el momento en que por turnos, los grupos de investigación formulen preguntas al conductor que se puedan responder con un "sí" o con un "no". El juego incluye un reloj de arena para cronometrar en este tiempo. Si no se resuelve el caso en ese tiempo, el conductor lee una pista que puede ayudar a los jugadores a reconducirse en la investigación. Se da otra vuelta al reloj y de nuevo los equipos de investigación han de formular preguntas hasta que acabe el tiempo o acierten.

Se incluyen 25 fichas de casos con sus respectivas pistas, repartidos en 3 niveles de dificultad, así como un libro con las soluciones y un reloj de arena. La caja del juego es bien compacta y salvo por la esponja que sostiene el reloj de arena, está bien aprovechada y ambientada.

El gran fallo del juego es que comienza con una larga fase donde sólo participa una persona. Hubiera estado bien que durante un mismo caso hubiera varias etapas de participación de los investigadores, que fueran acercando poco a poco hacia la resolución del caso, intercalando entre ellas una parte narrativa más corta y ágil. Además, cuando alguien consigue acertar no se le queda la sensación de haber resuelto el caso, sino de haber liberado a toda la gente de estar con el suplicio de resolver el caso después de tanto tiempo. No dan ganas de jugar más de un caso.

Otra opción, que supone más trabajo para el conductor, es que previamente se lea los casos para conocerlos, haga gráficos y dibuje a los personajes para que todo sea más reconocible y ameno para los participantes. Pero eso, lo debería haber incorporado el juego de serie. Aunque cueste 16,95 euros, y a no ser que en tu grupo de juego os encanten los relatos de investigación, no os lo recomiendo.

¡¡Toca jugar a otra cosa!!

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